domingo, 9 de diciembre de 2007

El arroz en la cocina

El arroz en la cocina
El arroz se puede preparar de varias formas; la más usual en México es remojarlo en agua caliente durante unos minutos para quitarle el almidón, lavarlo con agua fría, escurrirlo y luego freírlo con aceite, manteca o mantequilla hasta que suena como piedritas o arena. Entonces se le agrega agua o caldo a razón de dos tazas
por una de arroz crudo y se pone a fuego medio a cocer (aproximadamente veinte minutos). De este modo se calcula que no habrá líquido cuando el arroz esté‚ perfectamente cocido, con los granos sueltos y no apelotonados. Muchas personas agregan a la cocción un trozo de cebolla, uno o dos dientes de ajo o ambas
cosas. En otros sitios el arroz se cocina sin remojarlo ni freírlo, en una cacerola grande con abundante agua hirviendo. Cuando está cocido, se escurre sobre una coladera. Se puede colorear el arroz de muchas maneras: con puré de tomate, con una cucharada de pimentón rojo o curry (amarillo), perejil, cilantro o espinacas frescas, licuadas con el agua que habrá de usarse, etc.
Muchos de estos modos tienen su origen en el tipo, tamaño y calidad del arroz que se consume. En México los hay de granos pequeños y grandes, y entre los más buscados están los de Sinaloa y el llamado "primera de Morelos". También se puede adquirir el llamado arroz precocido (­perboiled­), que habitualmente se vende en cajas de cartón. En este caso lo conveniente es seguir las instrucciones del paquete. Lo mismo vale para los diferentes tipos y marcas de arroz importado, sobre todo de Estados Unidos, España o Italia, que ahora están disponibles en autoservicios. El arroz para el sushi se cocina de manera diferente.

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